jueves, 15 de septiembre de 2011

INEFICIENCIA ENERGÉTICA: CADENA ALIMENTICIA y EL HAMBRE en la humanidad: análisis.
Cristian Megyes
El sol, generador energético de toda la vida en la tierra, emite luz y calor que llega a la tierra.
La cadena alimenticia está formada por el SOL, los productores (que son las seres autótrofos, como las plantas, las algas, ciertas bacterias, vía fotosíntesis, o quimiosíntesis; ésta última la obviamos), y los heterótrofos, que incluye a todos los consumidores y los descomponedores o degradadores: es decir, la cadena está formada por el SOL, PRODUCTOR, CONSUMIDOR PRIMARIO (que se alimentan de los productores, en el caso del humano, cuando consume vegetales, algas...no hongos, porque los hongos son descomponderores finales), CONSUMIDOR SECUNDARIO (que se alimentan de los consumidores primarios, es decir, en el caso del humano, cuando se consumo carnes), CONSUMIDORES TERCIARIO, y demás CONSUMIDORES, hasta llegar a los DESCOMPONEDORES o DEGRADADORES (hongos, ciertas  bacterias), cada uno formando un eslabón de la cadena alimenticia.
Modelo a partir del cual se hace el análisis: Suponemos que llegan definitivamente al suelo, luego de todos los  obstáculos físicos (atmósfera, partículas de la atmósfera, etc) 100 unidades de energía (100 UE), sin importar, para este análisis el valor real de dichas unidades de energía, ni las frecuencias energéticas.
Con metabolismo, energía metabolizable, me refiero a la energía que entra en el circuito de procesos bioquímicos, fisiológicos, dentro de los seres vivos, procesos que forman, desde un punto de vista netamente bioquímico, la vida en sí misma.
De estas 100 UE, los productores (autótrofos) por fotosíntesis (vegetales, algas...no hongos, porque son degradadores/descomponedores), transforman la energía lumínica (en realidad no toda, sino usan de manera distinta la energía lumínica según la frecuencia, pero obviemos esto) en energía química, que, vía cadena alimenticia será metabolizada por otros seres vivos (los productores, son el eslabón inicial de la cadena alimenticia). Pero, la naturaleza, por cuestiones termodinámicas (necesidad de aumento de entropía), necesita que gran parte de esa energía lumínica, durante el proceso de fotosíntesis, se transforme en calor, que se pierde hacia la atmósfera y suelo de la tierra: por lo tanto, la transformación de energía lumínica solar en energía química metabolizable, sólo rinde aproximadamente entre un 10 y 20 % de las 100 UE que llegan del sol (o menos en realidad). Es decir, en promedio, aproximadamente, entre 10 y 20 UE de las 100 UE de luz, que llegan a la tierra, son transformadas en energía química, metabolizable, alimenticia (en realidad el tema es mucho más complejo, porque no todo compuesto bioquímico es metabolizable, pero para el análisis del tema vale esta aproximación). El resto se transforma en CALOR, el que se disipa a la atmósfera o la superficie terrestre.
Entonces, la cadena alimenticia sigue: después del productor (vegetales,algas), vienen los consumidores, primarios (en el caso del humano, cuando consume vegetales y algas), secundarios (en el caso del humano, cuando consume carnes), terciarios, cuaternarios, etc, y finalmente los descomponedores (hongos y determinadas bacterias).
Sólo el primer CONSUMIDOR se alimenta de productores autótrofos, es decir, se alimenta de plantas, algas, bacterias autótrofas, etc. El resto de los consumidores, se alimentan de otros consumidores (animales).
Ahora, de la misma manera que de la luz del sol sólo entre un 10 y 20 % de energía lumínica (o como dije, aun menos) se transforma en energía química metabólica, el rendimiento entre eslabón y eslabón de la cadena alimenticia posee un rendimiento promedio, aproximado de 10 al 20 %. Para no complicar, para el análisis, tomemos el mejor rendimiento, es decir 20%.
Entonces para el ejemplo hipotético: 100 UE llegan del sol, 20 UE quedan en los PRODUCTORES (plantas, algas, etc). De estas 20 UE, calculamos el 20 %, y nos queda 4 UE para los CONSUMIDORES PRIMARIOS. De estas 4 UE, volvemos a calcular el 20 % y queda como energía química de los CONSUMIDORES SECUNDARIOS, es decir, 0.8 UE. Y de estas 0.8 UE quedan para los CONSUMIDORES TERCIARIOS, 0.16 UE. Y así sucesivamente, si seguimos agregando CONSUMIDORES POSTERIORES, los que actuarían como eslabones agregados en la cadena alimenticia.  Por esto se habla de una PIRÁMIDE ENERGÉTICA DE LA CADENA ALIMENTICIA, porque la base es grande, correspondiéndose a la energía proveniente del Sol y la punta es la energía que queda para los consumidores finales o mejor dicho, para los descomponedores. Recordemos, el resto de la energía se transforma en CALOR.
Para la actividad productiva alimenticia cárnica,  la CADENA está formada por el Sol, el productor (soja, maíz, alfalfa, y demás forrajeras, y a nivel acuático, algas, etc), el consumidor primario (vaca, cerdo, pollo, peces, etc), y el consumidor secundario eslabón (el humano).
Por lo tanto de 100 UE que llegan del sol, los humanos sólo transformamos en energía química alimenticia 0.8 UE (cuando consume carnes, incluyendo cualquier animal, sea vaca, cerdo, pollo, peces, etc)…….el resto, 99.2 se pierde como calor, tomando el mejor rendimiento, lo que aun puede ser mucho peor: es decir, obtenemos de 0.8 UE como energía alimenticia, o menos aun, como quedó en claro anteriormente.
¿Qué pasaría si TODOS LOS HUMANOS nos alimentáramos eliminando el segundo eslabón de la cadena (los CONSUMIDORES PRIMARIOS, concretamente, vaca, cerdo, pollo, cabras, peces, ballenas, etc)?: el humano se transformaría en consumidor primario, para dejar de ser consumidor secundario, y para el modelo analizado, tendríamos 4 UE en vez de 0.8 UE. En otras palabras, habría 5 veces más de alimentos, como mínimo (respecto a los alimentos cárnicos, obvio). Entonces, por cada bife, pedazo de carne, pollo, pescado, animal, que los humanos comemos (sin considerar lo que se pierde en energía cuando se cocina, asando, la carne, para lograr modificar la estructura cuaternaria, terciaria de la proteínas, y así permitir que sean digeribles) tendríamos aproximadamente 5 veces más de comida, respecto a la producción cárnica (en la que incluyo, no sólo vaca, cerdo, sino cualquier otro animal).
Ahora, ¿Qué porcentaje del reino vegetal, de productores, de autótrofos, en la producción alimenticia humana, va a los animales? La gran mayoría de la producción de soja, maíz y demás forrajeras, va a consumo animal, no al humano directamente, y se pierde, por lo tanto, el 80 al 90 % de esa valiosísima energía química metabolizable presente en los vegetales, en forma de calor: entonces, si fuésemos TODOS VEGETARIANOS, habría más comida, INCUESTIONABLEMENTE, para mucho más de 20 mil millones de humanos.
Este tema nos permite entender que la producción de carnes hace EMPOBRECER A LA HUMANIDAD por INEFICIENCIA ENERGÉTICA, porque, como quedó claramente explícito, se pierde la mayor parte de la energía, como calor la energía proveniente de las plantas.
Patricia Muir, investigadora de la Universidad de Oregon EEUU explica que el Departamento de Comercio de EE UU, Censo Agrario (la investigadora no cita el año) informó que mientras 22,4 millones de hectáreas de tierras en EE UU se destinan a pastos para el ganado, sólo 1,6 millones de hectáreas se dedican al cultivo de verduras y hortalizas para el consumo humano directo. Esta situación es análoga a Argentina, Brasil, y muchos otros países en el mundo.
La misma investigadora explica, además, que: “La producción de alimentos de las tierras de cultivo, crece menos que la población. Cuando Paul Ehrlich advirtió hace tres décadas que "cientos de millones" de personas morirían de hambre, probablemente exageró, por ahora. (Solo murieron de hambre decenas de millones). La revolución verde, una inyección de fertilizantes y técnicas de fabricación en serie, incrementó los rendimientos de las cosechas, y retrasó la escasez. Eso, combinado con una utilización más intensiva de las tierras cultivables a través de la irrigación y el uso masivo de fertilizantes y plaguicidas químicos basados en los combustibles fósiles, nos permitió guardar el paso más o menos con el crecimiento de la población durante otra generación. Otra ganancia adicional, pero muy pequeña y con consecuencias impredecibles, puede venir de la ingeniería genética. La estabilización de la población no se producirá antes de otro medio siglo, y sólo nos queda una alternativa importante: reducir drásticamente el consumo de carne, porque la conversión de los terrenos de pastos para cultivos de alimentos incrementará la cantidad de alimentos producida. (Algunos argumentan que los pastos usan las tierras inútiles para los cultivos, y en estas áreas el ganado puede continuar teniendo un papel, pero grandes áreas de tierras cultivables se destinan para que el ganado vacuno se alimente y las destruya). Digamos que tenemos 20.000 kcal [kilocalorías] de maíz. Supongamos que las destinamos a alimentar el ganado vacuno (como hacemos con aproximadamente el 70 por ciento de los cereales y la soja producidos en EE UU). La vaca producirá 2.000 kcal de energía utilizable a partir de esas 20.000 kcal de maíz (asumiendo una eficiencia del 10%). Esas 2.000 kcal de carne de res alimentarían a una persona durante un día, asumiendo una dieta de 2.000, que es común en EE UU. Si en su lugar comieran directamente las 20.000 kcal de maíz, en vez de a través de la vaca, podríamos alimentar a muchas más personas con la misma cantidad de tierra cultivada; no necesariamente 10 veces más, porque no somos tan eficientes como el ganado vacuno en la transformación de la energía del maíz, pero considerablemente más que la única persona que podría alimentarse si el maíz pasa primero a través de la vaca. [Por eso], podríamos alimentar a mucha más población con la misma cantidad de tierras cultivadas si descendemos en la cadena alimenticia, si comiéramos a productores primarios en lugar de herbívoros (maíz en lugar de carne). O podríamos alimentar al mismo número de personas que en la actualidad, pero con menos degradación ambiental porque no necesitaríamos tener tantas tierras en cultivo.”